Los ACEITES ESENCIALES PUROS aportan muchos beneficios a todos los niveles: físico, psicológico, espiritual y energético. Tienen el poder de transformar a la persona.
Las esencias por vía cutánea o respiratoria pasan al sistema circulatorio y actúan en la parte del organismo donde son necesarias para restablecer la armonía.
Las células de nuestro cuerpo se regeneran constantemente de forma natural. El envejecimiento se produce cuando las células que mueren no se regeneran tan rápido como antes. Los esenciales favorecen el proceso de regeneración celular, son un factor de rejuvenecimiento y bienestar.
Los aceites esenciales de las plantas al penetrar en el organismo nutren, regeneran y rejuvenecen nuestra piel, nuestro cuerpo y nuestra mente. Mejoran nuestro estado general, nuestro bienestar.
Los aceites esenciales a través de los masajes penetran en la piel y llegan a la sangre, desde donde son transportados por todo el cuerpo. Sus moléculas suelen ser pequeñas y de fácil absorción cutánea. El tiempo que un aceite tarda en penetrar en la sangre depende del tipo de aceite esencial; el tomillo tarda 2 minutos, el sándalo hora y media.
La efectividad de los tratamientos depende de que los aceites esenciales sean puros. En esa pureza está el poder de la transformación.
Los aceites esenciales se utilizan en pequeñas cantidades, debido a su alta concentración, diluidos en una base portadora (aceite vegetal o crema) a la que le dan sus propiedades. Sólo en algunos casos se aplica una gota directamente en la piel.
Los Alquimistas decían que las esencias son el alma de las plantas, su energía vital
Su composición química es compleja. Están formados por muchos componentes. Algunos son tan sutiles que no son fáciles de detectar.
Todos los aceites esenciales son citofilácticos (generan células nuevas), regeneradores y antisépticos.
IMPORTANTE:
Hay aceites esenciales que son FOTOSENSIBLES, no se deben utilizar al sol, ni en productos solares, como la bergamota, árbol de té o los cítricos.
En general no se utilizan solos sino que se mezclan con aceites vegetales o cremas base.
Los aceites esenciales son solubles en Aceite y Alcohol. No son solubles en agua.
Algunos aceites son irritantes si se usan en exceso, como la canela roja, orégano, tomillo, clavo, eucalipto.
Los Bebés y Ancianos son muy sensibles, con ellos hay que utilizar dosis más bajas.
En mujeres, durante el Embarazo y Lactancia, por seguridad, hay que evitar su utilización.
Aceites Esenciales de:
Árbol de Té, Geraneo, Lavanda, Manzanilla, Limón, Lemongrass, Naranja, Menta, Ciprés, Romero, Sándalo, Ylang-Ylang...etc.
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